Una lesión deportiva se define como toda afectación que aparece como resultado de la participación en una acción deportiva, tanto en entrenamiento como en competición, que requiera atención por parte del cuerpo técnico (medico, fisioterapeuta, preparador físico, readaptador, entrenador) y provoca una ausencia en la práctica físico deportiva durante al menos 24 días posteriores a la lesión.
Las lesiones deportivas son clasificadas según la estructura afectada, ya que el tiempo de recuperación fisiológica no es el mismo, distinguiéndose en:
- Musculares: roturas, contracturas, elongaciones.
- Tendinosas: tendinopatías, tendinosis, roturas.
- Oseas: fracturas, fisuras, periostitis.
- Cartilaginosas: condropatías, osteocondritis, osteocondritis disecante hidrartos, hemartos.
- Ligamentosas: esguinces.
- Articulares: luxaciones, subluxaciones, artritis traumática.
A partir de aquí comienza el proceso de recuperación que comenzará con el diagnóstico realizado siempre por un médico donde se realizará la exploración y pruebas necesarias para un correcto abordaje en la recuperación según la estructura dañada.
A continuación, llega la parte de la rehabilitación de la lesión, que pasa por tratarse con el fisioterapeuta para recuperar el tejido que ha sido dañado.
Una vez ese tejido recupera parte de sus características el fisioterapeuta readaptador comienza el trabajo de su reeducación funcional para empezar a dar consistencia a la recuperación del deportista mediante el diseño de un programa de readaptación basándose en el abordaje de todas aquellas causas conducentes a la lesión o recaída.
Cuando comenzamos el entrenamiento de los factores que inciden en la lesión lo realizamos de manera objetivable, por tanto, no vale entrenarlo todo, sino aquello que el deportista necesita para seguir con la rehabilitación/readaptación (fuerza, propiocepción, flexibilidad, etc.).
A continuación, siguiendo con el proceso de recuperación de la lesión y con el tejido ya recuperado, comenzamos con el readaptador deportivo(licenciado en educación física) ,con el reentrenamiento de los gestos deportivos, donde comienza el trabajo de la recuperación funcional, que se define como el proceso por el que se revisten los patrones motores generales y específicos, facilitando en el menor tiempo posible un estado de bienestar óptimo para el esfuerzo, garantizando de este modo la incorporación del paciente a su actividad y entorno habitual con normalidad.
El control de la recuperación del deportista se lleva a cabo mediante una valoración frecuente, con material adecuado y específico, viendo desequilibrios musculares, alteraciones posturales y biomecánicas, valores de referencia y percepción subjetiva del deportista para controlar los tiempos de recuperación y funcionalidad del tejido.
Este trabajo de readaptación deportiva comenzó en el entrenamiento de élite por clubes profesionales donde vieron que con la figura del readaptador deportivo las lesiones tenían una mejor recuperación y menor porcentaje de recaída.
En nuestra clínica trabajamos la lesión de manera interidisciplinar, con una comunicación y análisis directo entre el fisioterapeuta, el readaptador deportivo y por supuesto el paciente, para llevar a cabo una perfecta reincorporación a la actividad de su vida diaria y a la práctica deportiva.