La gran mayoría hemos escuchado las palabras “infarto cerebral” o “derrame cerebral”, pero muy pocos saben realmente que es. Estos términos han ido cambiando durante los años y actualmente se engloba en el concepto de ICTUS, pero…
¿Qué es el ictus?
El ictus es una patología del sistema nervioso central en el cual las neuronas del mismo se ven dañadas debido a la alteración de la circulación sanguínea del encéfalo. Es decir, es una interrupción del torrente sanguíneo en el cerebro ya sea porque no llega bien o porque ha habido un desbordamiento de la sangre a las paredes del cerebro. Por eso, podemos dividir el ictus en isquémico o hemorrágico. Hablamos de ictus isquémico cuando una de las arterias del encéfalo se ha visto obstruida por algún motivo y por lo tanto, en toda la continuación de dicha arteria no hay sangre, por lo que no llega oxígeno a esa parte, con lo que desemboca en la muerte de las neuronas. Si hablásemos del ictus hemorrágico deberíamos decir que por culpa de algún agente interno (como el aumento desmesurado y repentino de la presión arterial) una parte de la pared de esta arteria se rompe y la sangre se desborda por esta abertura, ahogando a las neuronas y produciendo la muerte neuronal.
Según los últimos datos, el ictus, en España, es la primera causa de muerte en la mujer y la segunda en el hombre (tras el infarto de miocardio). La incidencia global de ictus en España no se conoce con precisión, y se estima que puede oscilar entre 120-350 casos por 100.000 habitantes/año, según los estudios. Las tasas se multiplican por 10 en la población mayor de 75 años de edad. Además, entre un 5 y un 11% de la población mayor de 65 años refiere antecedentes clínicos de ictus. Pero no siempre el ictus produce la defunción de la persona que lo ha padecido, y es por eso que nos enfrentamos a un problema socio-económico importante. Desde la fisioterapia tenemos una visión más global con respecto al ictus, porque con una buena y temprana actuación de los fisioterapeutas no solo provocaremos la pronto mejoría del paciente, sino que produciremos un descenso en personas dependientes en este país.
¿Qué hace la fisioterapia por los pacientes que han sufrido un ictus?
Aquellas personas que sobreviven a esta patología sufren una pérdida en sus capacidades funcionales normales, es decir, hay alteraciones cognitivas y físicas que deben ser tratadas lo antes posible. Un equipo multidisciplinar en la neurorehabilitación de estas personas es esencial para intentar llegar a recuperar el 100% de las actividades de la vida diaria. Y una parte de este equipo es la fisioterapia, que intenta recuperar las capacidades físicas de estas personas. Lo más normal en fisioterapia es encontrar a pacientes con hemiparesia o hemiplejia, que es la paralización de toda una mitad del cuerpo. La fisioterapia convencional ha evolucionado de tal forma para la mejora de estas personas, que hoy en día los fisioterapeutas podemos “especializarnos” en este ámbito y poder ofrecer una rehabilitación con mucho mayor índice de éxito con un fin concreto, darle al paciente una mejoría exponencial en su calidad de vida. La fisioterapia neurológica se basa en “neuroplasticidad”, concepto descubierto en 1906 por el padre de la neurociencia, el español Santiago Ramón y Cajal, que es la capacidad del cerebro de crear nuevas conexiones neuronales, ofreciendo así al encéfalo, una oportunidad a aquellas neuronas que todavía están intactas, encargarse de las funciones de aquellas que se murieron por culpa del ictus. Y es por eso que la actuación de la fisioterapia tiene que ser lo antes posible, porque así podremos favorecer la creación de las nuevas conexiones neuronales y, por lo tanto, volver a recuperar actividades de la vida diaria como el vestirse, poder levantarse e ir al baño andando sin ayuda. En definitiva, llegar a tener calidad de vida.
Marcos Pastor Peral
Fisiterapeuta