Una de las patologías más frecuente que vemos en fisioterapia neurológica, es el accidente cerebrovascular (ACV) o ictus, el cual se define como una pérdida del flujo de sangre en una región del encéfalo que daña el tejido encefálico. Las causas principales son los coágulos de sangre (isquémico) y la ruptura de vasos sanguíneos (hemorrágico).
El ictus es una de las causas más comunes de discapacidad a nivel mundial y debido a la gran variedad de consecuencias físicas que provoca esta enfermedad, las personas que lo padecen pueden desarrollar un estilo de vida inactivo o sedentario.
A consecuencia del ictus, la ausencia de actividad física puede provocar un círculo vicioso: empezando por una pobre salud cardiovascular, más riesgo de enfermedad cardiovascular, deterioro del desempeño físico y, finalmente, una disminución en la calidad de vida. Los valores del VO2 máx., la cantidad de oxígeno que una persona puede procesar en un tiempo determinado, están reducidos entre un 50% y un 80% en las personas sedentarias y sus consecuencias son más notables en personas sedentarias con ictus. Por desgracia, muchos pacientes con ictus no alcanzan el nivel mínimo de capacidad aeróbica para poder llevar a cabo una vida independiente (1).
El ejercicio aeróbico incluye cualquier tipo de ejercicio que se practique a niveles moderados de intensidad durante períodos de tiempo extensos, lo que hace mantener una frecuencia cardíaca más elevada y un mayor consumo de oxígeno. Para aplicar este tipo de ejercicio a la rehabilitación neurológica en personas con ictus, la forma más habitual es hacerlo a través de una cinta de andar o una bicicleta estática, aunque podemos emplear cualquier actividad básica de la vida diaria siempre y cuando alcancemos la intensidad deseada. Un ejemplo clásico es levantarse y sentarse de una silla repetidas veces.
Los beneficios del ejercicio aeróbico en personas con ictus son diversos y ampliamente reportados a nivel científico. Este tipo de ejercicio es capaz de mejorar la capacidad aeróbica, reduciendo así el riesgo de sufrir otra enfermedad cardiovascular y mejorando la calidad de vida (2). También puede mejorar la capacidad de deambulación de la persona, aumentando, por ejemplo, la velocidad habitual de marcha, siendo más eficaz en el desempeño de las actividades del día a día (1). Finalmente, el ejercicio aeróbico podría incluso potenciar los efectos de la rehabilitación si se aplica de forma conjunta (3).
En el centro de Fisioterapia Especializada Francisco Lledó, contamos con la unidad de Lledó Neurología: un equipo de fisioterapeutas especializados en neurorehabilitación, formados y capacitados para pautar ejercicio aeróbico en personas con ictus de forma segura y eficaz.
Antonio Úbeda
Núm. Col: 6787
Referencias:
- Pang MY. Using aerobic exercise to improve health outcomes and quality of life in stroke: evidence-based exercise prescription recommendations. Cerebrovasc Dis. 2013;35(1):7-22. doi: 10.1159/000346075.
- Pang MY. The use of aerobic exercise training in improving aerobic capacity in individuals with stroke: a meta-analysis. Clin Rehabil. 2006 Feb;20(2):97-111.
- Mang CS. Promoting neuroplasticity for motor rehabilitation after stroke: considering the effects of aerobic exercise and genetic variation on brain-derived neurotrophic factor. Phys Ther. 2013 Dec;93(12):1707-16.