El “Juanete”, técnicamente denominado “Hallux Valgus”, es el engrosamiento de la articulación del primer dedo del pie y la desviación del mismo hacia adentro. Muchas veces, erróneamente se piensa que el juanete se hereda, porque lo tuvo la abuela, lo tiene la madre, y la hija lo empieza a tener, pero realmente lo que se hereda es una forma de pie y de pisar.
El “juanete” es la consecuencia de toda una vida pisando de una manera incorrecta, generando un aumento de cargas en esa zona, como son los pies valgos, por la excesiva pronación del pie, o los pies cavos, por el aumento de cargas sobre la zona metartarsal. A
¿Cómo prevenir el juanete?
– Lo primero sería realizar un estudio biomecánico completo, y en caso de que sea necesario, la realización de unas plantillas personalizadas.
– Llevar un calzado adecuado, no llevar un tacón en exceso, y no llevar puntera estrecha.
– Realizar ejercicios para fortalecer la musculatura propia del pie y de la pierna y controlar los movimientos anómalos de nuestro pie.
¿Cómo se trata el juanete?
Una vez el juanete ya ha alcanzado una deformación importante, y el perjuicio a causa del dolor o de la deformidad que conlleva en el resto de dedos es alto, la única solución es la cirugía.
La mayoría de las técnicas quirúrgicas no actúan sobre la causa del juanete, si no, sobre la consecuencia. Si seguimos manteniendo la misma forma de pisar, es probable que unos años después, se vuelva a generar el juanete.
En muchas de las cirugías, posteriormente es necesaria una plantilla personalizada para reducir las cargas sobre la zona afectada.
En una patología como esta, lo más importante es la prevención, con el objetivo de poder evitar la cirugía, por lo tanto, ante el mínimo síntoma de molestia o dolor en la zona, o si observamos una deformidad en nuestro primer dedo, lo más recomendable es acudir a la clínica podológica más cercana.
Aitor Pérez
Podólogo col. 2672
Unidad biomecánica Lledó-Podoactiva