El método Pilates fue creado por Joseph Hubertus Pilates a principios del siglo XX. Es una técnica de acondicionamiento físico que es usada principalmente como recuperadora funcional, aunque desde hace algún tiempo se está llevando al ámbito del entrenamiento, impartiendo su practica en gimnasios y en diversos centros específicos. Desde un punto de vista muy general se puede catalogar como una simple tabla de ejercicios que se han de cumplimentar en la totalidad de la sesión de Pilates. Esta forma de dar una sesión es característica de clases colecitas y eso precisamente, es lo que hay que intentar evitar. Debido a la buena publicidad que se le ha hecho a este método, se ha generado un boom que ha ido creciendo a lo largo de estos últimos años. Un ejemplo de esto es la cantidad de personajes famosos que lo practican.
Los empresarios que supieron ver el beneficio que supondría desarrollar el Método han ido dando una forma y orientación diferente a los primeros y únicos ejercicios que el señor Pilates ideó. Llegar a realizar perfectamente los primeros ejercicios requiere un muy buen estado del cuerpo además de un elevado grado de control por la complejidad que conllevan y el consecuente riesgo de lesión si se realizan de forma inadecuada. Una de las premisas del método Pilates es la dirección y control con la que tienen que hacerse los ejercicios y que éstos sean supervisados por el maestro. Para conseguir ese fin es importante entender que en clases colectivas se pierde calidad y efectividad porque es muy complicado que una sola persona controle a otras 10 o 20. Por eso, es recomendable recibir clases individuales o en grupos reducidos.
Una de las cosas buenas del método de Pilates es que combina muchos ejercicios y hace trabajar casi todas las articulaciones del cuerpo en gran parte de sus ejes. Esto quiere decir que sea bueno realizar todos los ejercicios porque cada cuerpo es diferente y no toleran de la misma forma las fuerzas que le llegan de los diferentes ejercicios. Lo ideal es conocer las debilidades del cuerpo de la persona que vaya a asistir a las clases y adecuarle los ejercicios. También es importante que haya una progresión correcta para acondicionar y preparar el cuerpo y es ahí donde realmente se encuentra el éxito de todas las técnicas de entrenamiento, mas allá de un nombre comercial y modas creadas.
Un buen entrenador, ya sea de Pilates o cualquier otro tipo de entrenamiento, es aquel que conoce realmente qué efectos va a tener un determinado ejercicio sobre el cuerpo de su cliente y en qué momento es bueno incorporarle ejercicios más avanzados. A la hora de apuntarse a clases de Pilates habría que considerar el número de personas que componen la sesión, el buen hacer del maestro, la adecuación de la sala, la realización de una evaluación de la sala, la realización de una evaluación del cuerpo antes de comenzar y un control cada cierto tiempo corroborar su evolución.
D. Juan Antonio Andreo
Lic. En ciencias de la
Actividad Fisica y del Deporte